viernes, 21 de octubre de 2011

Un «kohanim» en el Principado

Una entrada en un blog español dedicado al tema que se dedica éste no puede tener hoy otro protagonista que Leonard Cohen quien recibe esta tarde en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011. El acta del jurado declaraba que se concedía este premio «al poeta y novelista canadiense Leonard Cohen, por una obra literaria que ha influido en tres generaciones de todo el mundo, a través de la creación de un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden en un valor inalterable. El paso del tiempo, las relaciones amorosas, la tradición mística de Oriente y Occidente y la vida contada como una balada interminable configuran una obra identificada con unos momentos de cambio decisivo a finales del siglo XX y principios del XXI.»
El hecho de que el premio que se le otorga sea precisamente de carácter literario y que el propio jurado califique a este artista como poeta y novelista, nos da una idea de la importancia que el texto y la palabra tiene en toda su obra. Sus canciones no son más que parte de su obra poética. Poesía transmitida mediante el vehículo de la música, lenguaje universal, que la ha hecho llegar a un mayor número de personas de todo el mundo.
La bibliografía y el repertorio musical de este canadiense de ascendencia judía (el apellido Cohen procede de la palabra "kohanim", antiguos sacerdotes del templo de Jerusalén, descendientes directos de Aarón) está disponible en innumerables sitios web (pulsar aquí para ver algunos enlaces), de modo que es inútil que me detenga ofreciendo más información al respecto. También se habla mucho en estos días de su múltiples vínculos intelectuales y emocionales con España y con poetas españoles, muy en particular con Federico García Lorca (hasta el punto de que su propia hija se llama Lorca).
Así pues, creo que en el día de hoy que mucho se habla de este artista lo mejor que puedo hacer es simplemente ofrecer algunas de sus canciones.
Viviendo donde vivo, el primer tema que os propongo es precisamente la versión de Cohen de unos versos de la obra quizá más impactante de nuestro "Poeta" (dicho así con mayúsculas): el "Pequeño vals vienés" de Federico García Lorca convertido en el "Take this waltz" de Leonard Cohen.


Finalmente quiero dedicaros una de sus canciones más clásicas: el «Hallelujah». Elijo precisamente esta entre su inmenso repertorio de obras grandiosas, porque, en un día como el de hoy en el que la prensa nos arroja noticias tan trascendentales sobre un futuro aún muy incierto, no está de más entonar un "aleluya" de alivio pero también como deseo de superación de esta desazonada incertidumbre.


Ana M. R.

(*) Como demostración de la actualidad de Leonard Cohen a través de varias décadas, un "blog amigo" ha venido dedicando en las últimas semanas distintas entradas a las versiones que intérpretes y grupos de muy diversos estilos musicales han realizado de obras del artista canadiense: pulsar aquí para verlas.